Parece haberse acabado mi inspiración,
mis ganas de relatar lo que siento,
mis vastas lágrimas,
las pálidas sonrisas de mi corazón.
Tantas letras que fluían con el viento,
con los sueños y el amor,
hoy parecen quedarse dormidas en algún rincón obscuro,
en algún desierto de mi memoria que aún no he descubierto.
Se me pierden las palabras,
para escribir como lo hacía antes,
para plasmar en un papel,
frágiles ilusiones y débiles esperanzas.
Se desvanecen las horas y pasan los días,
y no encuentro un instante que me ayude a recordar el movimiento de mis manos,
que tantas veces escribieron desamores,
de realidades angustiosas, de amores y sueños que se juntaron.
Estas manos que ahora desconozco,
alguna vez plasmaron la belleza,
mis alegrías y mis tristezas,
mi tranquilidad y mi amargura.
En mi cabeza se acabó la fiesta de palabras
en la cual ellas bailaban unas con otras
en parejas perfectas que me ayudaban a formar
antítesis y metáforas para mis poemas.
Las ideas también se me han agotado,
parece que dejaron de pasearse por mi mente,
sólamente quedaron sus efímeras huellas
que se van con el viento y los recuerdos.
No me quedan fuerzas para pensar,
parece que mi talento murió a manos de tu adiós...
Que mis palabras murieron, al igual que mi cordura y mi razón,
en el abismo de tus ojos ausentes.
Parece ser que con tu adiós... Se acabó mi inspiración