Mi ambición

Tengo un deseo sigiloso que busca felicidad.
Tranquilo.
Tengo las manos con atados delicados que conservan la cordura.
Digno, que domina mi propia energía materialista.
Y más que en mí, logro repasar en quien creo.
En la fe que surge de mis vías que dejo
y en los desvergonzados que polvo germino.

Apenas florece una luz y emergen muchas sombras.
Y estoy allí… insaciable de mi potestad,
de subir al cielo o de adormecerme en sus sombras.

Estoy enervado, claro, de tan poco y de la boca,
de un beso, del narcisismo que me excita.
...Pero de las espinas no brotan las rosas.