Morí

Son las dos de la mañana cogido de la nada,
subordinado al frío de mi ideología,
inhalando soledad que me moja el alma.
Una sonrisa que me toca el dorso.
Afligido...
Que se aleja y que la muerte la atemoriza.

Morí...
cuando no me antojé seguir existiendo.
Dejé la vida...
La vida que era estar a tu lado,
la vida que me llevaba al paraíso.
Ahora acá en la tierra sólo un cadáver presente
sumiso, sin vida, en soledad...

Mis ojos llenos de exclamaciones melancólicas,
una almohada que acompaña mis lamentos.
mis sueños de sol no resplandecen en las sombras,
mis manos frías en esta distancia... Es mi tumba.

Morí...
Sin pretender que no me quisieras.
El final, el crepúsculo, la hora oscurecida, el día que no estoy.
Camino perdido que me amparas,
indeseada penumbra que me aprietas.
Cementerio de mi alma enamorada,
ansia de tus caricias y mis brazos,
víctima del amor en tu boca que me tenía vivo.