Coloquios con mi yo

Mayo, Junio, Julio...
Tiempo acidulado,
sencillamente... Meses,
intervalos...
Que han sido semanas, días, horas, minutos...
Hasta cuándo debo sostener esta angustia?
Angustia que se ha convertido en melancolía.

Únicamente, el tiempo es capaz
de percibir cuan seductor
es el amor en la vida...

Y hoy me encuentro en esta epifanía
contendiendo con el verdugo del tiempo.

Memorias de coloquios por messenger
y paraísos alfombrados por ti,
de días imperecederos de intimidad,
de insomnio de barro y estrella,
de murmullos satíricos a ojos cerrados...
Florilegios de almohada
de acidias desmedidas...
Y millares de un te amo, te amo, te amo...
que se disiparon en tu desidia,
con un asteroide de tequila sunrise...

Aquella que sólo aversión me ha cedido;
y yo aquí tan ausente
tan límpido
tan vacío e inerte.

Sólo mirando a la gente pasar.
Todos avanzando a mil por hora
todos ocupados, todos enamorados,
y yo solo, aquí, si,
en mi apatía...
Cayendo y rodando en mi soledad...
En mis sueños de papel carbón
junto con mis ansias en smoking
enjugando mis ojos,
por estas lágrimas de hielo seco.

Debo ofrendarle esta vilipendia ofuscación?
Guarda con cuidado la felicidad... Es una prestación.