Cuelgas de una C
que me recuerda al amanecer.
Mi mente, resaltando; con sangre;
la palabra realidad, se martiriza.

Luego, con pedazos de hígado
malogrado, melancólico y alcohólico,
construye un comedor,
le pone de nombre: "poesía".
¿Tienes tentáculos en vez de sonrisa?
¿O es solo nuestra lejanía la que me inyecta oxígeno?

Este es el rostro escabullido;
de quien dependen los cuchillos negros
que me alejan de tu belleza,
de palabras de fotografías
de promesas de messenger.

Ser tuyo... Hasta la eternidad...

Esta es la infrazona;
la patriarca de los astros malogrados;
de las llantas de plástico
de los retrete sin tirante;
en donde las mariposas mueren
atrapadas en su propio capullo.

Tu belleza me agobia hasta la muerte...
belleza apiádate de mí.